Nuevo proyecto editorial

Durante el próximo medio año (editado 18 nov. 2024, no sabía que iba a ser más largo, hasta septiembre del 2025) estaré sumergida en un nuevo proyecto editorial.

Ahora estoy en el proceso esponja con el nuevo encargo, mi tercer libro que es un eufemismo de lo que será en realidad y por respeto a la editorial y a mi proceso propio no desvelaré de qué tipo de libro se trata hasta el día de la publicación. De todas maneras la intriga no se hará esperar mucho tiempo, ya que a principios del año 2025 ya estará en la calle.(editado 18 nov. 2024, menos mal que me dieron más tiempo, hasta septiembre del 2025)

 

Solo puedo decir que no es álbum y no es contenido para niños. Es un trabajo de culto al que le tengo mucho respeto. Me salgo del registro de álbum ilustrado por la puerta grande tanto en volumen de ilustraciones como en temática, ya que las lágrimas me acompañan mientras estudio el texto que me han dado para que ilustre. Texto que tiene connotaciones en las que indagar fuera, bibliotecas y localizaciones para recabar información in situ. Una gran responsabilidad, aún sobrecogida y conmovida por las palabras del texto con el que estoy trabajando.

 

Este proyecto es tan inabarcable como mi primer álbum ilustrado y necesito trabajar enfocada y almacenar toda mi energía en una sola cosa. Igualmente tengo otras obligaciones que tienen que danzar en un momento monógamo de enamoramiento de las primeras veces en la que solo quiero bailar con este nuevo proyecto.

 En mi último podcast hablo de la importancia de permanecer enfocada. Saldrá liberado en youtube la primera semana de marzo. Y en el que ya está liberado que subí en diciembre también hablo del tema de las prioridades, aunque en mi Patreon especifico más. (un patreon muerto que espero retomar algún día, aunque si eso pasa es porque no tengo encargos y la verdad prefiero los encargos al patreon)

En el siguiente enlace encontrarás más información.

 

Cuando digan “cambio de pareja” en la sala de baile, intentaré que no se note mucho mi inconformidad de tener que soltar las manos a este nuevo proyecto al que siempre volveré cuando digan de nuevo “cambio de pareja” ya que es el que me acompaña en esta puesta de largo. Una compañía triste que remueve mucho por dentro debido a la temática. Un compañero siniestro, grunje y dark blues todo vestido de terciopelo negro con algunas notas de blanco que asoman en las chorreras de su camisa, un compañero pasado de moda que ha escogido como compañera a una hippie power flower, que viste un abrigo de ganchillo de todos los colores del arcoíris, vaqueros remachados de pata de elefante y la cara pintada con margaritas y mariposas.

 

Va a costar poner de acuerdo a estos dos individuos. Es curioso, pero mis amistades más férreas son esa contraposición a mi espíritu optimista que surge como arma de autodefensa ante las humillaciones y el bullying que sufrí en el colegio y en el instituto. Y me viene a la cabeza la imagen mítica de George Harris el joven que ponía flores en los cañones de las armas. George reaccionó al verse encañonado por las autoridades de la manera más sensata que su cerebro hippie pudo concebir, encarando a los guardias y neutralizando sus armas con los claveles que había llevado a la manifestación.

 

El proyecto no tiene que ver con la época de los 60 pero mi espíritu sí, desde hace una semana que me ha pegado fuerte. La música siempre ha sido mi gran compañera en momentos de mayor debilidad en mi época preadolescente y con 15 años descubrí a Janis Joplin. Mis hermanos mayores y mis padres tienen una cultura musical de gran calidad y siempre había música sonando y voces de tango y zarzuela en vivo a todas horas. Los pequeños hemos mamado esa manera de latir a la par que los tambores, ahora mismo estoy escuchando Soul Sacrifice de Santana.

Cuando ayer me confirmaron que el proyecto iba a delante conmigo aportando mis ilustraciones, mi reacción primera fue de negativa como siempre que se nos pone por delante algo inabarcable, algo que sabemos que va a acabar con nuestra salud. Mi sensación fue como si quisieran meter en un frasco de perfume vacío un litro de esencia de manzanilla, la más cara del mercado. Mi impresión fue de “no puedo”.

Los que me recomendaron lo tenían muy claro y también los apoyos a los que he recurrido tras conocer la noticia. Mención especial a la ilustradora Noemi Villamuza que es quien me da la mano y alguna colleja en este tránsito mío de llorar de la emoción y la desesperación a partes iguales, y eso que solo estoy en el principio del briefing.

 

Estoy en ese momento en el que ese amante inalcanzable que domina tus sueños infantiles de príncipes azules y princesas que son sapos… bueno en mis sueños delirantes yo era el sapo al que convertían en princesa radiante por medio de un beso casto en la nariz, je, je. En ese momento en que ese ser inalcanzable te dice “si quiero” y de repente despiertas y estás en una ermita en la montaña vestida de blanco y negro con tu compañero siniestro sonriendo con brillos en los ojos.

Estoy profundamente emocionada y enamorada, no solo del proyecto, sino de la familia que me apoya en esta y en tantas locuras. De mi marido siniestro que me dijo “si quiero” en el nacedero del Duero y que ahora está tan descolocado como yo. Su acompañamiento es clave para no desfallecer en esta vorágine nueva, que seguro saldré como al final del festival de Woodstock 69, despeinada, con hambre, con ganas de tomar un refresco en casa y dormir una semana entera.

 Una experiencia que pervivirá latente a medida que me haga mayor y después de viejecita me acunará en mis desvelos ancianos y sonreiré y lloraré, y mis lágrimas serán bálsamo de lo que pude ser capaz en un momento convulso de mi maternidad, rodeada de adolescentes y con la mayoría de mis parientes vivos.

 

En la pista de baile hay parejas con las que quiero bailar a pesar de mi compañero principal, es una compañía firme y estable, pero sinceramente no se le da muy bien bailar aunque no es celoso y me permite que tenga mis oasis de catársis en el que desfogar parte de mi energía positiva y profusión de color a través de mis clases, las propuestas editoriales, los retratos de los escritores y escritoras en acrílico.

 He tenido que dejar a un lado la lectura, ya que me chupa mucho tiempo y también el deporte, aunque sigo activa desplazándome a pie por mi queridísima ciudad de Barcelona, hago ayuno y duchas frías. Eso me mantiene activa aunque este verano sea una cuenta a atrás y mis pinceles echen humo.

 También he dejado de lado proyectos que estaban emergiendo y que tendrán que esperar a que haya hecho la entrega final. Aun no tengo fecha, pero será más pronto que tarde y es ya que tengo que cauterizar algunos retoños.  Planificando y organizándome siguiendo mis propias pautas y ritmos.

Con esta carta quiero explicarme a las personas que puedan estar pendientes de mi actividad social, que por cuestiones más que obvias se reducirá al trabajo y mi proyección profesional.

 No me despido del todo, seguiré actualizando mi web y mi portafolio social que es Instagram, pero mis esfuerzos y reflexiones personales como esta las dejaré para otros medios como este.

En resumen, que me estoy centrando en fijar momentos que me amaren en esta vida de contrastes que todos tenemos.

 Deseo que vuestra danza sea fructífera.

 Y recuerda que en una pista de baile, no todas las canciones te resonarán y algunas te harán que decidas ir al lavabo para no escucharlas. Salta a la pista cuando suene un tema enérgico y déjate llevar. Descansa tu cabeza en el hombro de tu pareja más amada cuando suene una balada o reggae y permítete rechazar una oferta si no te apetece bailar, estás cansado o simplemente no te resulta atractiva la oferta.


 Piensa que tan solo son sugerencias que tu cerebro va demandando, anótalas y archívalas, nunca se sabe, tal vez en un futuro las puedas rescatar.

 

 

 

 

 

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